Las delegaciones de este comité no dudaron en mostrar su disconformidad con las crisis humanitarias en diferentes partes del mundo. No hubo países que se opusieran a ayudar a los refugiados, más tenían perspectivas diferentes sobre la manera en que se deberían ayudar. Ese fue el tema común de los discursos de apertura y las políticas de los países: exhortaban a las demás delegaciones a buscar soluciones que beneficien a la comunidad internacional igualmente. No obstante, algunas como Yemen acusaban a Estados Unidos de luchar guerras ajenas que solo hacían peor la situación de los refugiados. Otras, como Afganistán, pensaban que debería haber una reforma más independiente a cada estado, en vez de una impuesta por otros países.
CNG MUN